Saint Jean de Luz (Francia)

Saint Jean de Luz es un pueblo francés situado en la región de Aquitania, que se ha convertido en un prestigioso lugar de veraneo.

En el siglo XIV era un importante puerto pesquero del que partían balleneros y bacaladeros. Con las casi constantes guerras habidas en Europa a partir del siglo XVI, se complicó la actividad pesquera y San Juan de Luz pasó a ser un puerto de corsarios. Los armadores poseían muy buenos barcos balleneros y fue fácil equiparlos para la guerra.

Con la firma del Tratado de los Pirineos de 1659 se puso fin al conflicto entre Francia y España. Dicho tratado incluía el matrimonio de Luis XIV con María Teresa de Austria, hija del rey español. La ceremonia de boda habría de celebrarse en Saint Jean de Luz en junio de 1660.

Actualmente Saint Jean de Luz es el típico pueblo playero con mucho ambiente. La playa es una de las más bonitas de la costa aquitana, típica playa urbana que está protegida de las olas por grandes diques. Se denomina “La Grande Plage”, ya que no es la única de la localidad, puesto que el municipio tiene otras: Plage d’Erromardie, Plage de Mayarco y Plage de Lafitenia, muy apreciadas por los surfistas.


Saint Jean de Luz en un día

Si llegamos en vehículo, lo más aconsejable es estacionarlo en el parking Indigo situado en el centro, al lado del mercado de abastos. Hay otro parking subterráneo debajo del edificio de la Pérgola Casino en la playa. Para las autocaravanas existe el Aire de Camping Car en la zona del puerto, que en Google ostenta una puntuación bastante baja. 

La ciudad tiene en sus calles unas 3.000 plazas de aparcamiento divididas en tres colores: la zona rosa que ofrece la opción de estacionar gratis durante 30 minutos, la zona verde de pago que permite aparcar hasta 5 horas y la zona naranja, también de pago, en la que podemos dejar el vehículo hasta 2 horas. En días festivos estos aparcamientos son gratuitos.

La parte histórica tiene muchas callejuelas, pero si nuestra visita es corta será suficiente con recorrer la peatonal rue Leon Gambetta, que es la calle principal y donde se encuentran los negocios más importantes. A través de ella llegaremos a la Plaza Louis XIV y desde aquí al puerto y luego podemos seguir por el paseo de la playa.

Para iniciar este recorrido tomanos la rue Gambetta desde el Boulevard Adolphe Thiers. Al comienzo encontramos una pequeña plazoleta llena de terrazas y comercios.

A los pocos metros veremos un hermoso edificio de tres alturas que representa la típica construcción vasca.

Esta calle suele estar muy animada todo el año, aunque es en verano cuando tiene mayor número de visitantes. Este tipo de actividad humana le da un aspecto cosmopolita y moderno, con riadas de personas caminando entre los edificios centenarios que la rodean.

A ambos lados de esta calle se abren otras callejuelas llenas de este tipo de edificaciones.



Al poco de comenzar a recorrer la rue Leon Gambetta llegamos a una tienda que es mítica: Maison Adam. Aunque no es la tienda principal (ésta se ubica en la Plaza Louis XIV), aquí también podemos comprar los célebres macarons, según ellos los mejores del mundo, o bien escoger un gateau basque entre una gran selección con diferentes rellenos.


Continuando por la rue Gambetta pasamos por la Place du Collége, una plazoleta con árboles y bancos donde podemos sentarnos a escuchar el canto de los pájaros o a los niños del cercano colegio. Es una plaza con mucho encanto y un buen lugar para descansar un rato.

Poco después pasamos por delante de la pintoresca tienda de productos grastronómicos La Pitchouli. Solo con mirar el escaparate se abre el apetito. El edificio donde se encuentra este comercio es una preciosidad, lleno de terrazas y balcones de contraventanas verdes.


La calle está repleta de comercios con todo tipo de productos, gastronómicos, zapaterías, comercios de ropa de vestir y deportiva, bisutería, farmacias, sombrererías, etc.


Al poco llegamos a la espectacular Eglise Saint Jean Baptiste de Hasparren, de obligada visita por diferentes motivos.

Realmente por fuera no llama demasiado la atención, pero su interior y su historia la hacen muy especial.

Su construcción se llevó a cabo entre los siglos XV a XVII. Se levantó sobre los restos de otra iglesia anterior del siglo XII. Fue ampliada en el siglo XIX ya que debido al crecimiento de la población se quedaba muy pequeña. Del siglo XV sólo se conserva el campanario.

En esta ampliación se reconstruyó el coro, el ábside y las capillas. En 1858 se levantan las tribunas de madera.

El edifico no es demasiado grande, ya que tiene 50 metros de largo, 17 de ancho y 20 de altura.

Conserva un retablo barroco de madera tallada cubierta de oro del siglo XVII.

En el año 1660, estando aún en obras, se celebró el matrimonio de Luis XIV con la infanta española María Teresa.

Fue catalogada como monumento histórico en el año 1931.

Una peculiaridad de esta iglesia son sus tres pisos de galerías de roble, que se deben a la costumbre de la época en la que los hombres se situaban en las galerías y las mujeres en la planta baja.


El techo tiene forma de barco invertido. Colgando de él podemos ver maquetas de barcos. El más destacable fue un regalo de María Teresa de Austria, según se cuenta como muestra de agradecimiento a los marineros de la localidad que la salvaron de un naufragio frente a las costas de San Juan de Luz.








Esta iglesia es muy popular por tratarse de lugar en el que se celebró el 9 de junio de 1660 la boda de Luis XIV (el Rey Sol) con María Teresa de Austria, hija primogénita del rey español Felipe IV. Esta celebración trataba de acabar con la larga Guerra de los Treinta Años entre Francia y España y fue decidida, entre otros importantes acuerdos como el traslado de la frontera, en el llamado Tratado de los Pirineos firmado el 7 de noviembre de 1659 en la Isla de los Faisanes.

Esta boda necesitó de una bula papal, ya que los contrayentes eran primos hermanos.

El Rey francés y su corte llegaron a San Juan de Luz cuarenta días antes de la boda. Se hospedó en el palacio construido en 1643 por el armador y alcalde de la localidad Johan de Lohabihague.

La infanta, por su parte, se hospedó a su llegada en otro hermoso edificio de estilo renacentista construido en 1640 por el corsario Joannet de Hareneder, que actualmente se conserva perfectamente y es conocido como la Maison de l'Infant. Este edificio, situado en el puerto, está inspirado en los palacios venecianos con una fachada cubierta de ladrillos rosados y piedras adornadas. Desde esta casa partiría el cortejo nupcial a través de un manto de flores, camino de la iglesia de Saint Jean Baptiste.

La infanta española, acompañada por su padre, llegó a Fuenterrabía el 2 de junio en medio de una comitiva compuesta por varios centenares de criados, 500 jinetes y 1500 soldados de a pie, con 18 coches reales y otros 70 para los invitados. Se alojaron en el palacio de Carlos V.

Realmente, la boda se celebró en tres ocasiones. El día 3 de junio se hizo por poderes, en la que el rey francés estuvo representado por Luis Méndez de Haro. La novia llegó a la iglesia de Fuenterrabía en carroza vistiendo un traje de raso blanco bordado con las flores de lis símbolo de la monarquía francesa. Tras la ceremonia se celebró un banquete  en el castillo.

El día 7 de junio María Teresa de Austria y Luis XIV firmaron el contrato matrimonial, en lo que venía a ser la segunda ceremonia nupcial. En ese acto Felipe IV y Luis XIV firmaron un juramento de mantener la paz entre los dos países. A continuación María Teresa se despidió de su familia y se desplazó desde la isla a territorio francés, en el que el 9 de junio se celebró la que sería tercera ceremonia matrimonial en la iglesia, celebrada por el obispo de Bayona.

La puerta por la que salió la pareja real de la iglesia fue tapiada nueve años después como señal de haber finalizado las guerras entre Francia y España.

Siguiendo la rue Gambetta llegamos en muy poco tiempo a la Place Louis XIV. Antes de llegar podemos ver un curioso árbol de glicinia que trepa por una fachada.


Al final de la calle asoma la animadísima plaza Louis XIV.



La place Louis XIV es el epicentro de la ciudad. En ella concurren la rue Gambetta, el puerto y la rue de la République que da acceso a la Grande Plage.





En esta plaza se encuentra el edificio donde se alojó Luis XIV durante cuarenta días en su llegada a la localidad.


Este edificio fue construido en 1643 por Joannis de Lohobiague, un rico armador y hoy en día sigue habitado y conserva gran parte de su antiguo mobiliario. Ahora se denomina Casa Luis XIV y se puede visitar con guía en un recorrido de cuarenta minutos. Dentro veremos el hermoso techo del salón, restaurado en 2019, el dormitorio del rey con figuras de cera y una enorme cocina de época con su vajilla original.



La plaza está abarrotada de personas, terrazas, puestos de vendedores, pintores, niños jugando…



En mitad de la plaza se ubica el quiosco de música, en el que dos los domingos y festivos desde Semana Santa hasta el 1 de noviembrese celebran conciertos a las 11:30 de la mañanaEn esta plaza la animación es total, está llena de terrazas, restaurantes, tiendas, pintores...

En la Place Louis XIV se encuentra la famosa casa central de la Maison Adam.

Por lo que se cuenta, esta pâtisserie obsequió a Luis XIV con unos macarons durante su boda en 1660. Según la tienda, los macarons que podemos comprar hoy en día son exactamente los mismos que probó el rey francés. Están hechos de almendras, clara de huevo y azúcar, aunque Maison Adam presume de tener una receta secreta que ha sido transmitida durante 13 generaciones.

Además de los macarons, que se venden en preciosas cajas metálicas, también venden los "gâteaux basques" que elaboran a diario y se pueden comprar en tamaño grande o pequeño para comer de forma individual. Los tienen rellenos de cereza, de albaricoque y nueces o bien de crema. También se pueden adquirir pasteles más sencillos llamados "moelleux" de chocolate, pistacho o naranja en formato grande o individual. Lo más exquisito es un tarro de cristal en el que viene praliné de untar. Hace poco han incorporado a sus productos la miel de mil flores.

Al asomarnos a su escaparate, además de la deliciosa exposición de sus productos, se pueden evr máquinas antiguas de elaboración artesanal.

Al igual que Louis XIV estuvo cuarenta días hospedado en una mansión, por su parte la infanta española tuvo también alojamiento cuando llegó a Saint Jean de Luz, como ya mencioné antes, en una mansión ubicada delante del puerto.

Actualmente se la conoce como Casa Joandemia. Tiene fachada de estilo veneciano y está situada frente al puerto. Esta fachada está cubierta de ladrillo rosados y adornada con piedras doradas.

En lo alto tiene una torre que utilizaba el corsario para controlar los barcos.

Es visitable. En la primera planta se encuentra  el "cuarto de la Infanta" y tiene también unas salas bellamente decoradas con una chimenea renacentista. Este edificio se viene utilizando para exposiciones artísticas temporales.

Desde la Plaza Louis XIV se puede llegar caminando hasta el puerto, situado a muy pocos metros.

Este puerto fue uno de los más grandes de Francia y antiguamente los marineros vivían en esta zona del puerto en la época que se dedicaban a la pesca de ballenas y bacalao. En esa época los armadores construyeron las más lujosas residencias de la ciudad. Es un buen lugar para comer pescado y marisco.





La bahía donde se ubica Saint Jean de Luz se divide en dos partes por la desembocadura del río Ugarana (Nivelle en francés). Al otro lado se encuentra el pueblo de Ciboure, muy bonito y pequeño, con buenas playas de arena fina.



Al final de la bahía se eleva el Fort de Socoa, construido por Luis XIII de Francia a comienzos del siglo XVII para proteger el puerto de Ciboure de los españoles. Fue destruido en varias ocasiones y actualmente está en ruinas y no es posible visitarlo.


La bahía de San Juan de luz se extiende desde el fuerte de Zokoa hasta la colina de Sainte-Barbe y en ella se encuentran mirando al mar hermosas casonas de estilo vasco del siglo XIX y algunos hoteles muy lujosos. Delante de estas mansiones se alza el Promenade Jacques Thibaud, un paseo marítimo que va desde el faro de estilo art-deco de Pavlovsky hasta la Pérgola bordeando la playa, conformando una de las más bellas bahías de Francia.

Este paseo es peculiar (por eso digo que se alza), ya que entre él y las casas tiene una especie de foso como si se tratase de un castillo medieval. Por este motivo, desde las mansiones acceden al paseo a través de unas pasarelas de madera levantadas por encima del foso.







La playa es muy amplia y tiene arena fina, estando dotada de los servicios típicos de toda playa en la que haya afluencia masiva en verano.




A mitad de la bahía encontramos una edificación denominada La Pérgola. Fue diseñada en el año 1927 por Mallet-Stevens en estilo art-déco de hormigón.

En los años 50 este complejo fue modificado por el arquitecto André Pavlovsky quien reconvirtió los pisos superiores en apartamentos.


En la Pergola encontraremos restaurantes y varias tiendas de artículos de playa, que a mí me parecieron poco elegantes para lo que debería ser acorde con este edificio al estar ocupando el paso con colchonetas infladas y juguetes.




Después de la Pérgola el paseo marítimo continúa por la Avenida de los Flots Bleus hasta llegar a la colina de Sainte-Barbe.

Siguiendo por este paseo, encontramos en primer lugar el Grand Hôtel, un suntuoso edificio levantado en 1909 en estilo neo-romántico. Actualmente es un hotel de 5 estrellas con spa, pero mantiene la esencia de la Belle ëpoque.



Al final del paseo se ubica la colina Sainte-Barbe, llena de verdor y convertida en un área pública en la que existen bancos y una capilla.

Desde la colina de Sainte-Barbe podemos ver una magnífica panorámica de la costa vasca y asistir a unas puestas de sol inolvidables


Otras calles de San Juan de Luz

 Además de la rue Gambetta y del paseo de la playa, en la ciudad existen otras calles muy animadas e interesantes. Los boulevares de Victor Hugo y Thiers están al lado de la rue Gambetta y tienen tiendas de ropa, alimentación, galerías de arte y hasta un cine.

En el boulevard Victor Hugo se ubica Les Halles, el mercado cubierto de la ciudad, que abre todos los días del año de 7:00 a 13:00. En él hay puestos de venta de carne, lacteos, hortalizas y pan, entre otros muchos productos.



Todas las mañanas de los martes y viernes se celebra el mercadillo callejero, alrededor del mercado cubierto. En verano lo hay también los sábados.


Es un mercadillo muy animado, con gran variedad de productos locales.



Los amantes del queso de oveja lo encontrarán en estos puestos. Se trata de un queso típico del valle del Nive, crudo, prensado y madurado 6 meses antes de ser vendido.



Los amantes de las ostras también pueden encontraarlas bien frescas en este mercadillo.


Además, los alrededores del mercado están llenos de bares y restaurantes con terrazas.



Gastronomía y festividades

Un plato típico de Saint Jean de Luz es el ttoro, sopa que antiguamente se preparaba con el agua de cocción del pescado no vendido. Ahora se elabora en los restaurantes de forma más refinada, utilizando patatas, merluza, rape, cigalas, mejillones y cabezas de pescado.

En julio y agosto se acostumbra a celebrar las noches de la sardina, en las que se asan estas en las terrazas de muchos restaurantes. Hubo una fiesta específica de la sardina en un espacio único público, ya desaparecida en favor de este otro tipo de celebración en locales de hostelería.

Las fiestas patronales de Saint Jean de Luz se celebran durante cuatro días a finales de junio, en las que la villa y sus habitantes se visten de negro y rojo. Comienzan con la festividad de San Juan Bautista y se abren con tamborradas de los corsarios y con charangas que discurren por sus calles.

En verano todos los miércoles y domingos por la noche se celebra el espectáculo del toro de fuego en la Plaza Louis XIV. Se apagan las luces de la plaza y durante 15 minutos se enciende el fuego del toro (un toro artificial por supuesto).

Fiesta del atún en el segundo sábado de julio, en el que lo típico es degustar un menú a base de atún y pastel vasco. La fiesta se cierra con una batalla de confeti.

En Saint Jean de Luz se practica bastante la pelota vasca. Hay varios frontones en el pueblo como el Trinquet Maitena, que es un frontón cubierto en el centro del pueblo. Dentro hay un bar en el que se puede tomar algo mientras se ve un partido de pelota.


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