Houlgate (Normandía, Francia)
Si estamos haciendo un recorrido en coche por la costa de la Baja Normandía y nos encontramos cerca de Houlgate, merece la pena pararse un par de horas a visitar este pequeño pueblo, de unos 2.000 habitantes, que aún mantiene el encanto de las vacaciones tranquilas y la belleza de sus calles y mansiones del siglo XIX.
Como sucede con otros pueblos vacacionales de esta costa normanda, Houlgate antiguamente sólo era una pequeña aldea dedicada a la agricultura. Con la aparición y veloz desarrollo de la moda del turismo de balneario y termal, surgido a mediados del siglo XIX, Houlgate también se incorpora a él con la construcción del espectacular Grand Hotel y muchas lujosas mansiones y hoteles con el correspondiente Casino. Ante la avalancha del turismo de lujo, procedente en su mayoría de París, en poco tiempo se construye una línea férrea que traerá viajeros desde dicha capital hasta su estación, ubicada en pleno centro.
Houlgate está formado por dos playas, aunque si esto no se sabe, en la visita sólo apreciaremos una muy larga. Si tenemos la suerte de poder aparcar en la zona que existe para ello delante del Grand Hotel, en muy pocos metros podemos bajar a orillas del mar. Mirando al mar tenemos a la derecha tenemos la Plage du Casino, que es la más céntrica, y a la izquierda la Plage du Temple, más tranquila y con menos servicios y desde la cual vemos enfrente el inmenso arenal de la playa de Cabourg, separadas ambas por el río Dives. Dicen que en bajamar el agua puede quedar a una distancia de hasta 800 metros.
calle de bajada a la playa, a la derecha el Grand Hotel
Cuando entramos en Houlgate lo primero que se aprecia es un entorno urbanístico en orden y muy cuidado, que echando un poco de imaginación podría recordar al típico de un pueblo alemán o suizo. Es septiembre y las calles están muy tranquilas, invitando a recorrerlas sin prisas, disfrutando de la visita sin agobios ni ruidos, o bien comiendo algo en alguno de sus tranquilos restaurantes.
Lo cierto es que llegamos a la hora del almuerzo y un español encontrará extraños los horarios de Francia, donde en ciertos momentos, como a partir de las 12,30, quedan las calles completamente desiertas. Ignoro el ambiente que puede haber en temporada alta, que dicen que es bastante animado, pero no puedo imaginar cómo este pequeño espacio puede acoger a tantos visitantes como dicen que vienen.
En la playa, en temporada alta (que aquí es solamente julio y agosto), existen muchos tipos de entretenimiento como esquí acuático, kayak de mar, escuela de natación, escuela de buceo, windsurf, kite-surf school, montar a caballo, cometas, vela, etc.
Las calles, que discurren por detrás de la playa, mantienen las viviendas antiguas muy bien conservadas. En el mes de septiembre no encontré dificultad alguna para aparcar, realmente podría decir que el pueblo estaba casi desierto.
Si en el paseo de la playa el espectáculo de ostentosas villas del siglo XIX es grandioso, en las calles del interior no nos va a defraudar; el censo de villas tipo Belle Epoque se cifra en unas 300. Mantiene una diversidad que las hace únicas, reflejando la libertad arquitectónica que existía a principios del siglo XX. Así, en este eclecticismo, encontramos imitaciones del gótico, de castillos, renacentismo y estilo rural normando. Quedan edificaciones medievales como la Maison des Pecheurs y el Moulin Landry.
También encontramos casitas tan diminutas como esta.
Al lado de la estación encontramos la finca donde se ubica el hermoso Moulin Landry, molino del siglo XII y el único sobreviviente de los tres molinos de harina que hubo en Houlgate, que luego sería reconvertido en el balneario de la villa. En una amplia finca, cruzada por el río Drochon, se ubica este edificio, digno de verse por su hermosura en estructura de madera, piedra y ladrillo.
Muchos visitantes habíamos oído hablar, o más bien leído en algún lugar, sobre la hermosura del Grand Hotel y de su rica historia. Por eso, cuando llegamos a Houlgate, lo primero que solemos hacer es buscar en primer lugar este hotel, que se ubica en un imponente edificio construido en 1859 en ladrillo y piedra, que sería ampliado en la década de 1890, añadiendo la espectacular cúpula diez años después.
Este hotel, como otros edificios cercanos, fueron requisados durante la Primera Guerra Mundial para ser utilizados como hospitales militares. En internet se pueden encontrar hermosas imágenes de esta época.
El Casino ubicado en la playa está provisto de mesas de juego, máquinas tragaperras, blackpick, terraza frente al mar, espectáculos. Frente al Casino hay un minigolf.
La iglesia de Saint Aubin
La iglesia de Saint-Aubin fue bendecida en el año 1878 y desde entonces ha ido recibiendo mejoras. De esta manera se hizo el campanario en 1888, el interior el altar de mármol fue consagrado en 1903, en el año 1966 se incorporaron los lienzos de las estaciones y los órganos se instalaron en 1974
El edificio está construido en estilo neogótico en ladrillo rojo. Posee una acústica excepcional y en ella se celebran en las noches de verano conciertos de música clásica. Al perder la única foto que hice de esta iglesia no puedo poner aquí alguna, pero es fácil de localizar su imagen en internet.
Dentro tiene una colección de hermosísimas vidrieras, de las que pongo aquí alguna muestra. Existe mucha información sobre ellas en la web que es aconsejable consultar si interesa saber su historia.
Más información general
Por medio de la oficina de turismo (que por cierto no queda al lado de la playa como muchos podrían pensar sino en una hermosa rotonda junto el imponente ayuntamiento) se pueden hacer paseos guiados en temporada alta los lunes, martes y miércoles que salen de la Oficina de Turismo a las 10,30 y duran una hora y media. También se organizan visitas a los acantilados de las vacas negras cuando la marea lo permite, que parten hasta ellos por la carretera y regresan a lo largo de la playa.
Los jueves por la mañana se celebra el mercado tradicional.
En el mes de mayo se celebra el festival Plein Vent Houlgate, un festival en principio para niños pero en el que participan todas las edades. En la playa del Casino, festival de cometas con talleres de construcción, vuelos con drones y clases de manejo de estos aparatos, simulacros de extinción de incendios y salvación de personas y animales ofrecidos a los niños por los bomberos de la ciudad para que participen y adquieran conocimientos sobre este tema, simulacros de salvamento en el mar con perros salvavidas, lanzamientos de cometas y caramelos, maquillaje de niños,
https://www.facebook.com/HoulgatePleinVent/
Aparte de la festividad Plein Vent celebrada en un atípico mes de mayo, dada la climatología normanda, en los meses de julio y agosto Houlgate se llena de muchísimas actividades: el tercer sábado de julio se celebra el festival de las calles, con música y animaciones; en los meses de julio y agosto se podemos disfrutar de conciertos de música clásica en la iglesia de Saint-Aubin, también hay conciertos gratuitos en el quiosco de música, fuegos artificiales en la playa a las 22 horas, concierto en la playa el primer viernes de agosto, festival de jazz por la noche en la playa frente al Casino a finales de agosto, etc. En el mes de octubre se celebra el festival de cine europeo.

Acantilados de Vaches Noires
Situados en el borde del mar, los acantilados de « Vaches Noires » (Las vacas Negras), con una altura de 100 metros, se extienden sobre 4,5 Km entre las comunidades de Villers sur mer y Houlgate. Estos acantilados se distinguen por su riqueza geológica y su interés mayor en paleontología sin obviar la belleza de su naturaleza. Los acantilados de “Vaches Noires” forman parte de los sitios de intervención del conservatorio del litoral y son preservadas desde el 2002.
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