mercadillos navideños de la Alsacia. Ribeauvillé

Introducción a la celebración navideña en la Alsacia

El Adviento (venida del Redentor) es un período de preparación espiritual, de oración y vigilia, previo al nacimiento de Cristo, y es muy celebrado en los países europeos de influencia germana. Suele abarcar los cuatro domingos anteriores a la Natividad, es decir, comienza a finales de noviembre y dura hasta el 24 de diciembre. Sin embargo, en la iglesia ortodoxa este período se extiende desde el 28 de noviembre hasta el día 6 de enero, lo que coincide en fechas con el período de fiestas navideñas celebradas en España.

Esta celebración muestra, especialmente en el entorno de los países de habla alemana, una explosión de alegre decoración en calles y fachadas, junto con mercadillos navideños que parecen salidos de un cuento, que suelen ubicarse en casetas de madera que ellos denominan “chalets”.

Hay mercadillos navideños en toda Europa, pero para nosotros los más conocidos suelen ser los mercadillos de la Alsacia francesa y los de Alemania.

La Alsacia es un territorio que ha pasado por manos francesas y alemanas en distintas ocasiones. Pasa a ser francesa al acabar la guerra de los Treinta Años, vuelve a manos alemanas en el año 1871 tras la guerra con Prusia y la caída de Napoleón III, se devuelve a Francia en 1918 con la firma del armisticio tras la Primera Guerra, la Alemania de Hitler la vuelve a recuperar, para ser devuelta a Francia al final de la segunda guerra mundial.


Riveauvillé

Los orígenes de Ribeauvillé se remontan al siglo XIII (conocida por aquel entonces como Rathaldovilare) cuando pertenecía a los Obispos de Basilea. Más tarde cambió de manos, pasando a los dominios de los Señores de Rappoltstein.

En colinas cercanas presiden la ciudad tres castillos pertenecientes a esta familia, el castillo St-Ulrich, el castillo Girsberg y el castillo Haut-Ribeaupierre.

Como en todos los pueblos alsacianos, el estacionamiento de vehículos debe hacerse fuera del centro histórico. En mi caso, pude aparcar fácilmente en un parque a la entrada del pueblo, situado en la llamada Route de Bergheim. Desde este lugar me llamó la atención una especie de palacio denominado Maicon Trimbach, bastante espectacular.

Comenzamos nuestra visita entrando por la Grand Rue, la arteria principal de Ribeauvillé y que además estaba justamente delante del aparcamiento.


Estaba todo muy tranquilo, casi demasiado tranquilo. Se trataba del día 25 de diciembre, que en la Alsacia parecía ser de una serenidad total, sin visitantes y con todo el comercio cerrado, hasta que a eso de las 4 de la tarde comenzaron a aparecer cientos de personas llegadas de diferentes sitios. Así todo, no fue nada al lado de lo que encontramos a nuestra llegada a Colmar poco después al atardecer, donde había una saturación de visitantes que hacía imposible hasta encontrar una plaza de aparcamiento.

Al principio de la Grand Rue se encuentra la Fontaine du Vigueron y la Oficina de Turismo.




Nada más comenzar a andar, veremos el edificio Pfifferhüs o la casa de los ménétriers (violinistas) que data del año 1663 y tiene curiosas figuras talladas en madera.

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Seguimos la marcha y pasamos también frente a la Capilla de Santa Catherine (del año 1346), que perteneció a un antiguo hospital. En ella se encontraban enterrados algunos de los Rappoltstein. Fue restaurada en 1812, para ser utilizado el edificio como museo y sala de exposiciones.

Caminando llegamos a la Place de la Marie donde se halla el Ayuntamiento. Éste es un bonito edificio que fue construido en el año 1773, sobre una antigua posada.

En el centro de la plaza se encuentra la Fuente de la Republica, coronada por un león que sujeta el escudo de la ciudad.

Frente a éste se encuentra la Iglesia del Convento, construida en 1452 como convento para agustinos.

Al fondo de la plaza se alza la Torre des Bouchers, construida en el siglo XIII en el lugar donde estaba el viejo gremio de carniceros (de ahí el nombre). Este sitio fue utilizado como prisión y en lo alto todavía se puede ver el escudo de armas de los Señores de Rappoltstein. Esta torre es uno de los pocos vestigios de las antiguas murallas y torres defensivas de la ciudad.




Al fondo asoma en lo alto el antiguo castillo de la ciudad.



Continuamos caminando hasta la Plaza de la Sinne, antiguo punto de reunión de los juglares y músicos que llegaban a la ciudad. En el centro hay otra fuente. En ella podemos ver la escultura de André Friedrich de 1862, que representa la agricultura y la industria. De esta plaza no conservo imágenes, pero he de decir que es uno de los lugares más bonitos de la ciudad.

Desde aquí podemos llegar a ver la Iglesia de San Gregorio, de estilo gótico construida entre 1282 y 1473. Merece la pena, según dicen, sólo por ver su órgano del año 1700, clasificado como Monumento Histórico, pero ese día 25 de diciembre estaba cerrada.



Sobre las 15,30 horas de la tarde empezó a notarse la llegada masiva de visitantes y a la vista del tráfico que comenzaba a haber en los pueblos de alrededor de Colmar, creímos más aconsejable volver al apartamento.



Por ello, tras este corto recorrido dimos la vuelta para regresar por el mismo camino hacia al coche. Ribeauvillé ese día tenía poca vida y la visita se podía hacer en poco tiempo, pero en pleno período navideño es famosa por celebrar fiestas y exhibiciones callejeras muy animadas.


Al lado de otras publicaciones que he visto sobre Ribeauvillé, esta puede parecer algo monótona y desinteresada. Tal vez se debe a que la fecha de la visita no fue la más adecuada, si es que se busca animación callejera. Por otro lado, algo que nos sucede a casi todos los visitantes de los mercadillos navideños de la Alsacia, es que cometemos el error (o también la necesidad) de conocer todos los pueblos en un mismo día, y al final encontramos que son parecidos y a lo largo de la jornada puede llegar a cansar esta temática navideña, perdiendo interés y motivación. Si es posible, lo ideal es visitar uno cada día y en horas más animadas.

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