Sarlat-la-Canéda, tal vez el pueblo más bonito de Francia
Sarlat es la capital del Perigord Negro. Se trata de una población absolutamente recomendable para los amantes de la arquitectura, la fotografía, la historia o la gastronomía. De hecho, se dice que recibe un millón y medio de visitantes al año.
Es una ciudad medieval magníficamente conservada a pesar de las numerosas guerras habidas en Europa y sobre todo debido a la aplicación de la ley Malraux (André Malraux fue el ministro francés de cultura entre 1960 y 1969), una ley promulgada el 4 de agosto de 1962 para favorecer la conservación y restauración de ciudades y monumentos. Sarlat fue la primera de ellas en aplicar esta ley y gracias a ello mantiene protección de 65 monumentos y edificios.
Para disfrutar de la visita a Sarlat es recomendable caminar por su casco histórico medieval sin itinerarios preconcebidos, ya que no es grande y puede recorrerse sin prisas, deambulando por sus callejuelas, a contracorriente de los grupos de turistas dirigidos por un guía. Cada casa es una sorpresa y en cada callejuela podemos toparnos con un palacio gótico o una fachada renacentista.
También es cierto que, si deseamos seguir una visita bien organizada y con información detallada de lo que estamos viendo, es más aconsejable contratar una visita guiada en la oficina de turismo.
Un poco de historia
Los orígenes de Sarlat se pierden en el tiempo, ante la imposibilidad de comprobar fehacientemente su fundación. Su rastro comienza en el siglo IX en el que se fundó en ella una abadía benedictina de origen carolingio que custodiaba las reliquias de Saint-Sacerdós, obispo de Limoges, recibidas de manos de Carlomagno. En el año 937 esta abadía pasó a pertenecer a la orden de Cluny.
Como solía suceder en la época, la ciudad fue creciendo poco a poco a su alrededor, bajo la autoridad de la Iglesia, aunque en el año 1299 ganó su emancipación, otorgada por Felipe IV de Francia.
En la época de su fundación, en el siglo X, era habitual que muchas poblaciones sufrieran violentas invasiones y saqueos por parte de los vikingos, pero Sarlat se libró de ellas al quedar apartada de los cauces fluviales.
La abadía fue reconstruida en el período románico entre 1125 y 1160. En 1318 la abadía fue la sede de la nueva diócesis gracias al Papa Juan XXII. La iglesia de la abadía se convirtió en catedral de la diócesis de Sarlat.
Durante la Guerra de los Cien Años padeció asedios y acabó en manos inglesas a raíz del Tratado de Brétigny en 1360, aunque volvería a ser francesa solo diez años más tarde.
En el siglo XVI obtiene exención de impuestos y ello repercute en una creciente prosperidad. En sus construcciones se introduce el renacimiento italiano. Las guerras de religión también afectaron a esta zona y Sarlat acabó siendo completamente católica.
Luego se acabó la catedral, el palacio del obispo fue restaurado y se eliminaron las fortificaciones.
Después de la Revolución perdió su obispado y ante la falta de comunicaciones el pueblo quedó algo olvidado y gracias a ello no sufrió la destrucción de sus edificios.
Posee la mayor concentración de monumentos históricos de Europa. Por sus calles nos sumergimos en plena Edad Media, aunque el encanto queda roto por las oleadas de turistas que la recorren. Ello la convierte en un decorado de película, lleno de palacios de estilo gótico y renacentista.
Cuando los tiempos eran favorables, Sarlat padece un afán de ostentación por parte de los vecinos más ricos. Éstos, cuando su poder económico se lo permitía, compraban los edificios de los vecinos de al lado para ampliar sus residencias y luego los unían por medio de una gran torre que, aparte de hacer un servicio de escalera de caracol, otorgaban a la vez una apariencia de poderío burgués utilizado para asombrar y causar envidia en los demás parroquianos.
Por suerte, la Revolución no se ensañó con esta ciudad al considerar que su población era de comerciantes en vez de nobles y los palacios que habían levantado no atacaban a los principios revolucionarios.
El casco histórico de Sarlat es peatonal, con restricción de circulación rodada a excepción de los residentes. Existen numerosos aparcamientos de pago a su alrededor, así como algunos otros gratuitos.
La visita
La animadísima Rue de la Republique atraviesa el casco antiguo dividiéndolo en dos partes llenas de laberínticas calles. Para llegar a esta calle desde el exterior del pueblo, puede hacerse desde ambos lados de ella.
Por el lado donde se sitúa la rue Gambetta llegamos a la plaza Square 8 du mai 1945 y desde ella podemos entrar en el casco antiguo a través de la rue Peyrats o la rue des Consuls.
Por el otro extremo, desde la Avenue Thiers llegamos a la rue de la République y entramos en el casco antiguo por la rue Lakanal.
El casco antiguo queda con una forma algo circular y en su centro se halla la Place de la Liberté, que suele ser el punto principal de visita turística de la ciudad.
En mi caso llegué por la carretera D704 y aparqué el vehículo en la Rue Gambetta, ya que tuve la inmensa suerte de encontrar un sitio libre en una zona de aparcamiento gratuito. Hay que destacar que en las calles de Sarlat el aparcamiento es, en su mayor parte, de pago por tiempo de uso.
A través de la bonita Rue Gambetta, en poco tiempo se llega a la plaza denominada Square du 8 mai 1945, en la que encontré un animado mercado de hortalizas.
Desde esta plaza accedemos ya a la zona antigua por la Rue de la Paix, aunque podremos hacerlo por cualquiera de sus espectaculares callejuelas.
Desde la Rue de la Paix pasamos a la Rue Peyrats camino de la Rue des Consuls, en la que ya comenzamos a ver impresionantes mansiones medievales.
La Fontaine Sainte Marie es una llamativa fuente situada frente al Hôtel de Plamon, bajo la bóveda de una cueva.
Este Hôtel de Plamon es un edificio del siglo XIV con tres ventanas en arco al que se añadió, un siglo después, el piso superior con ventanas divididas con un parteluz.
Enfrente se encuentra el Hôtel de Vassal, del siglo XV, con doble torreta.
A un lado de esta plaza podemos ver un edificio singular, si tenemos en cuenta el destino o uso que se le ha dado a lo largo del tiempo.
Se trata de la antigua Église Sainte-Marie, levantada en el año 1365 y que actualmente está dedicada a albergar el mercado cubierto. Lo más impactante son las enormes hojas de las puertas.
Antes de ser mercado, fue fábrica de armamento.
Dentro se celebra mercado todos los días del año, lleno de puestos de productos autóctonos.
Al lado de este edificio se halla el Manoir de Gisson, edificio del siglo XIII declarado monumento histórico. Inicialmente se llamaba Hôtel Magenat. Está compuesto de dos edificios de diferentes estilos unidos por una torre hexagonal que, como dije antes, se levantaba para manifestar poderío económico y ostentación de cara a sus vecinos.
Esta mansión es visitable. Hay dos partes interesantes que ver, por un lado podemos visitar las bodegas abovedadas y las salas con una exposición de la historia de la Justicia a lo largo de la Edad Media hasta la llegada de la Revolución, con un morboso muestrario de instrumentos de tortura.
Por otro lado, es interesante subir la escalera de caracol de la torre hexagonal para visitar lo que son las viviendas, en las que se conserva el suelo de madera, el mobiliario de la Edad Media y las chimeneas. Parte del edificio no es visitable por estar habitado.
Enfrente se abre la preciosa Place de la Liberté.
En esta plaza se encuentra el ayuntamiento, ubicado en un edificio de tipo renacentista con una torre circular.
Al lado del ayuntamiento se halla el famoso rincón donde los visitantes se hacen muchas fotos. Es una diminuta plaza llamada Place du Marché aux Trois Oies (plaza del mercado de los tres gansos), en la que hay tres figuras de bronce de tres gansos, ya que era aquí donde se celebraba antiguamente el mercado de gansos.
Desde la Place de la Liberté llegamos rápidamente a la Place de Peyrou, pasando al lado de numerosas tiendas con productos gastronómicos.
En esta pequeña plaza se ubica la catedral de Sarlat, Saint-Sacerdos.
Como ya dije antes, en 1317 se establece en Sarlat la diócesis tras la eliminación de los albigenses. En 1504 el arzobispo Arnaud de Gontaut-Biron ordena la demolición de la iglesia que había que estaba dedicada a Saint Sacerdos, para su reconstrucción a un nivel de catedral.
Quedan algunos restos de la iglesia románica construida en el siglo IX y el campanario románico del siglo XII, pero la mayoría del edificio actual fue construido a partir del siglo XVI.
La catedral se divide en dos partes, el campanario de estilo románico del siglo XII, la nave central del siglo XVII y en la parte trasera lo que queda de la parte original de la abadía del siglo XIV.
El órgano, del siglo XIII, es obra de Jean-François The Thorn.
Fue declarada monumento histórico desde 1840.
El jardín des Enfous es el antiguo cementerio de la abadía (enfous viene a significar nichos de pared). El camino de los nichos la rodea como si fuese un claustro.
A la derecha de la catedral vemos la fachada del antiguo Palacio Episcopal, que posee grandes ventanales góticos en la primera planta, del renacimiento francés en la segunda y la última planta, añadida después, del renacimiento italiano. Actualmente hace las funciones de teatro.
Frente a la catedral, en la Place du Peyrou, se halla el espectacular Hôtel de la Boétie, lugar de nacimiento del filósofo del mismo nombre.
Es una hermosa casa de estilo renacentista de 1525. Sus remates de las fachadas con picos la convierte en uno de los edificios más admirados.
Junto al Hôtel de la Boétie se encuentra el Hôtel de Maleville, llamado también Hôtel de Vienne, ya que en principio perteneció a Jean de Vienne, personaje nacido pobre en Sarlat que llegó a ser superintendente de finanzas de Enrique IV. Actualmente acoge la Oficina de ¨Turismo. En esta oficina se pueden contratar visitas guiadas de junio a septiembre.
Entre las dos casas se abre el callejón Passage Henri-de-Ségogne en el que se pueden ver las casas más antiguas de Sarlat.
Esta zona está llena de establecimientos de comidas muy dedicados al turista de paso.
Al otro lado de la Rue de la Republique vemos el Hôtel Saint Clar, del siglo XVII, que fue la casa del gobernador de Sarlat y que destaca por su torre.
La Tour du Bourreau es una de las dos que quedan de las diez torres que tuvo la muralla de la ciudad. Es visitable.
Por esta zona podemos llegarnos a ver el Convento de Sainte Claire y la Capilla de los Penitentes Blancos, con una gran portada barroca, construida entre 1618 y 1651. Fue abandonada en 1914 y utilizada como gimnasio y almacén. Monumento histórico en 1944 y museo desde 1970.
En las calles de Sarlat encontramos muchos comercios de venta de productos típicos del lugar como trufa, foie, boletus, frutos secos, carnes confitadas, castañas, licores y aguardientes, turrones. La producción de foie gras y trufas es lo típico. Por aquí hay granjas de ocas y patos que producen foiegras y otros productos derivados de ellos.
El tercer fin de semana de enero se celebra la Fiesta de la Truffe y el tercer domingo de febrero el Festival Sarlat-Sarose-Sarlat fest-oie.
Todos los jueves del año se celebra mercado nocturno en la Place 14 de Juillet, ecológico, con frutas, foiegras, perfumes, especias…
Mercado de alimentación todos los sábados en la Place de la Liberté, de 8,30 a 13:00.
En verano, al anochecer se organiza un espectáculo callejero con artistas, la ciudad queda alumbrada con puntos de gas, dotándola de sensaciones mágicas.
Sarlat en Navidad
En Navidad se instala un mercadillo con 40 casetas de madera con comida y artesanía y pista de hielo al aire libre.
Curiosidades
En las calles veremos pequeñas figuras de piedra en las paredes que representan a la Virgen María. Su ubicación en las casas de los habitantes que se salvaron de la peste negra que asoló a la población.
El occitano todavía se habla en Sarlat y se imparte en algunas escuelas.
Desde 1928 Sarlat fue escenario de muchas películas, algunas bastantes conocidas.
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