Faro de Cordouan (Francia), el Versalles de la mar

El estuario del Gironda está formado por la desembocadura de los ríos Garona y Dordoña, creando un enorme estuario navegable de 65 kilómetros de largo, pero lleno de bancos de arena que producen corrientes peligrosas y son causantes de muchos naufragios. Ha servido desde hace siglos para la navegación que llegaba o salía del puerto de Burdeos. En su parte final está flanqueado por las poblaciones de Royan (Charente Marítimo) y Verdon-sur-Mer (Gironda).

Debido al peligro que suponía para los navegantes, era necesario establecer un punto de señalización que les sirviese de ayuda. Este fue el motivo del emplazamiento del faro de Cordouan. Desde su construcción ha sido objeto de varias ampliaciones y reformas, provocadas en su mayor parte por el deterioro sufrido por la climatología adversa que existe en el lugar.

Este faro se encuentra emplazado en pleno mar, a unos 7 km de la costa más cercana, sobre un arrecife rocoso de 150 ha, en cuyo entorno existe una reserva de biodiversidad marina con 70 especies de algas y más de 230 especies animales.


Orígenes

Como es habitual, existen leyendas sobre la aparición de este faro. Por mapas antiguos, se sabe que existía un islote de considerable tamaño unido a la costa, sobre el que se llegó a ubicar un poblado medieval, asentamiento que acabaría siendo sepultado por el mar. En todo caso, este arrecife o islote ya aparece en algunos mapas del año 1313 y posteriores.

Dada la peligrosidad del estuario, es posible que antiguamente se hubiese levantado alguna rudimentaria torre de vigilancia u otro tipo de señalización. Lo primero que hay documentado es que en el año 1360 Eduardo de Woodstock, llamado el Príncipe Negro (que era realmente el Príncipe de Gales y estaba al mando del ejército inglés que en aquella época ocupaba Guyena), ordena la construcción de una torre que utilizaría el fuego como señalización. Esta torre era de forma octogonal y tenía la considerable altura de 16 metros, en cuya plataforma se encendía una hoguera por las noches. Al faro se le conocía como Tour des Anglais, y su custodia y mantenimiento se había encargado a un ermitaño, que residía permanentemente en una especie de vivienda junto a la torre, donde había también una capilla dedicada a la Virgen María y otras instalaciones. A cambio de que mantuviese el fuego de la torre, se le pagaban dos libras esterlinas por cada barco que pasase cargado de vino procedente de Burdeos, cantidad que sería duplicada dado que no alcanzaba para la subsistencia del ermitaño y los gastos de mantenimiento del faro. Existe un recibo de este pago fechado en 1409, a nombre del ermitaño de “Notre-Dame de Cordouan”.

Este primitivo punto de vigilancia se mantuvo en pie dos siglos, período de tiempo considerable teniendo en cuenta los rudimentarios materiales de construcción de la época y el entorno tan hostil en el que se encontraba. Cuando esta zona pasó a manos francesas, el estado de la torre ya era ruinoso y los ermitaños pidieron abandonarla.

En el año 1584, durante el reinado de Enrique III, se contrata al ingeniero Luis de Foix la realización del proyecto de una nueva torre. Este arquitecto era ya conocido por haber salvado cinco años antes el puerto de Bayona enderezando el curso del Adour, y haber participado en las obras del Escorial.

Aportó a la Torre de Cordouan un espíritu de decoración y lujo que hoy nos resulta sorprendente. 

La isla, que hoy es apenas un arrecife, tenía entonces mayor superficie. Para acometer este proyecto hubo de crearse un poblado de trabajadores en el que existían viviendas, cocinas, despensas, panaderías, hornos, carpinterías, establos para los caballos, bodega, molino, forja y otros tipos de talleres y almacenes. Llegó a haber 200 personas que trabajaban penosamente, siendo necesario construir alrededor del mismo un perímetro de dique con piedras y madera que los protegiera de las mareas y temporales.

Se proyecta la construcción de una gran base o plataforma que debería sostener una torre circular de tres pisos de altura. En el primer año solo se pudo levantar la base. Luis de Foix aporta su propio dinero para continuar la construcción del faro, ya que se había agotado el presupuesto inicial.

Muere el rey Enrique III y las obras quedan paradas ante la falta de dinero. El nuevo rey Enrique IV concede en 1591 a Luis de Foix los recursos necesarios para continuar las obras.

Existe documentación fechada en 1602 que recoge la protesta enviada por Luis de Foix mediante acta notarial contra las exigencias fiscales que se aplicaban a las provisiones de dinero destinadas a Cordouan, ya que debían llegar exentas de impuestos según el contrato firmado en 1594. Ésta es la última vez que encontramos información de su existencia. Se desconoce la fecha de su defunción, que debió ser poco después.

Se sabe que entre 1606 y 1611 continúa las obras su ayudante François Beuscher. En este año de 1611 comenzará a funcionar esta obra de estilo renacentista, ya considerado entonces el faro más bonito del mundo.

Disponemos del grabado realizado por Claude de Châtillon (topógrafo del rey) en el que aparece en primer plano la torre de Louis de Foix y a su lado la torre levantada en 1360 conocida como la Tour des Anglais.

El faro tenía una base de 16 metros de diámetro que se elevaba en varias plantas que iban disminuyendo de diámetro. En la planta baja, de estilo dórico con pilastras y frontones decorados, se ubicaba el vestíbulo y cuatro despachos. En la primera planta estaba el denominado departamento del rey, decorado con esculturas y medallones con una enorme corona en lo alto de la bóveda y una inscripción; en la segunda planta se hallaba la capilla con una gran bóveda y decorada en pilastras y esculturas con varias ventanas.

Arriba de la capilla el diámetro era de 5,40 metros y en la linterna de 1,50. Esta linterna era de piedra con 8 arcos y en ella se hacía el fuego utilizando alquitrán, brea y madera. La linterna terminaba en una chimenea por donde salía el humo. El fuego daba luz a unos 37 metros de altura.

Grabado de los dos faros del álbum de Tassin (1630-1644), que copió a Châtillon.

Una tormenta destruyó en 1645 la linterna. Esta desgracia coincide con las guerras con la Casa de Austria y la Fronda (1648-1653) y hasta que no acaban éstas, el faro queda fuera de servicio.

En 1661 Jean-Baptiste Colbert (ministro de finanzas del nuevo rey Louis XIV) acomete la reparación reforzando la base y la construcción de una nueva linterna alimentada con aceite de ballena que se encendía en un cuenco de bronce. En esta reparación se decoró artísticamente el apartamento del rey. 

Así todo, el faro vuelve a caer de nuevo en el abandono y a comienzos del siglo XVIII no tiene utilidad. A causa de ello suceden naufragios y ante la pasividad del Estado, la municipalidad de Burdeos se hace cargo de él en 1727, acometiendo su restauración designada al ingeniero Bitry. En estas obras se instala una linterna de hierro y el alumbrado pasa a ser de carbón quemado en un horno.

En 1739 se comienza a construir una rampa para facilitar los desembarcos, obra que duraría tres años.

En la década de 1780 el edificio se encuentra muy afectado por los temporales y la parte superior en malas condiciones. Para solucionarlo, en 1786 se convoca un concurso por el Secretario de Estado de la Marina, que gana Joseph Teullère.

Joseph Teullére

El propósito es elevar 20 metros más el faro. Teullère comienza derribando la parte que existía por encima de la capilla y construye una linterna de obra rodeada por una plataforma saliente (que es la que vemos ahora), refuerza con hierro la parte superior del faro, que se encontraba en muy mal estado, y sustituye el horno de carbón por un nuevo mecanismo de reflectores de cobre plateado al que daba vida con aceite de animales y vegetales. La linterna, que anteriormente era de hierro abierto, se cierra con cristales


Una vez finalizada esta reforma, cambia el sistema de alumbrado instalando una lámpara inventada por el suizo Ami Argand, y usa sistema de reflectores mecánicos idea de Le Moyne. La luz provenía de la combustión de aceite de ballena, de colza y de oliva, dando luz a 60 metros de altura.

En 1823 Augustin Fresnel prueba un nuevo sistema de lentes que aun se utilizan hoy en día en la mayoría de los faros.

En 1862 es declarado monumento histórico, a la vez que la catedral de Notre-Dame de Paris.

En 1896 la luz pasa a ser de fija a ser de destellos con tres sectores de color.

Tardaría en ser electrificado hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en 1948, por medio de dos grupos electrógenos autónomos y una lámpara de 6000 watios. En 1976 se añade un tercer grupo y en 1987 se instala una lámpara halógena de 2000 w

En 1981 surge la duda sobre la utilidad del faro y éste corre peligro de ser abandonado. Solo el Estado francés podría sostener el coste que supone su mantenimiento y las administraciones locales no lo pueden asumir y se estima que el faro deberá dejar de funcionar a finales de ese año. Finalmente, atendiendo múltiples peticiones, en enero de 1982 el Estado se compromete a asumir la mitad de los gastos anuales, que entonces eran de un millón y medio de francos. Gracias a ello comienzan nuevas obras de reparación, que suman en principio tres millones de francos, importe que paga el Ministerio de Cultura. Estas obras durarían una década.

Desde 2005 se invierten casi diez millones de euros en reparaciones del faro. Entre los años 2019 y 2022 se realiza una minuciosa obra de restauración en la que participan un ejército de artesanos (canteros, albañiles, carpinteros, restauradores de decoración pintada, maestros vidrieros, pintores, cordeleros, etc.). Estos trabajos fueron filmados por el director Pierre Bouchilloux, que realizó una serie cinematográfica sobre esta obra que se puede ver en el siguiente enlace: 

https://www.youtube.com/watch?v=yqWkuKD2k4E&t=3s

Actualmente funciona con cinco generadores que alimentan dos grupos de doce baterías, una bombilla de 250 w y una nueva pantalla giratoria. Un dispositivo de control remoto permite desde 2012 controlar las 24 horas el estado de funcionamiento. Así todo, cuatro guardias habitan en él turnándose de dos en dos para mantener las instalaciones, vigilarlas contra actos vandálicos y también para gestionar las visitas al edificio, que son unas 20.000 al año. Los relevos se realizan los viernes según el horario que permiten las mareas, desde Le Verdon-sur-Mer.

Lleva su gestión los Ministerios de Ecología y Cultura.


Visita

Cordouan se puede visitar de abril a octubre. Se tardan unos 40 minutos en cruzar en barco con las empresas Bohemio y la Cruising Galantaises. 

Los barcos de la empresa Bohemio parten de Port Médoc y los de Cruising Galantaises desde el puerto de Royan. 

Port Médoc

La salida del barco tiene una hora prefijada dependiendo de las pleamares y bajamares e igualmente el estado del tiempo, ya que el desembarco se realiza a cierta distancia del faro y se llega a él a través de un espigón que puede estar golpeado por las olas. Por ese motivo se recomienda llevar ropa y calzado adaptado a lo que pueda surgir en ese corto trayecto.


En principio, el aproximamiento al faro se realiza en la embarcación que parte del puerto, pero debido a los bancos de arena existentes, es necesario pasar luego a bordo de una lancha anfibia que dispone de ruedas para circular sobre los arenales.

Estas barcazas llegan al espigón, donde amarran y se produce el desembarco de pasajeros que deberán ir caminando sobre la pasarela de roca que conduce hasta la base del faro.



Se accede por una puerta de madera que, cuando no hay visitantes, se cierra firmemente.




En la planta baja, antes de acceder al vestíbulo, podemos dar una vuelta a su alrededor, donde encontramos la tienda de recuerdos y la habitación del ingeniero.

Hay una sala de exposición de faroles que muestra de las obras de reparación o sustitución fidedigna de las máscaras de piedra.

También existen servicios de baño. Esta zona se la conoce como “La corona”, y es donde viven los torreros, que disponen de cuatro habitaciones y cocina.




Podemos encontrar emotivas figuras de piedra, como la del calamar.

La habitación del ingeniero en una sala doble que hacía antiguamente la función de alojamiento para los ingenieros del Servicio de Faros y Balizas que periódicamente visitaban el faro para controlar su funcionamiento. Esta sala fue totalmente restaurada en 2014 y los paneles de madera tuvieron que ser ejecutados en el mismo lugar para conservar la curvatura original.

Desde la base accedemos al majestuoso vestíbulo.

En su centro existe un agujero en el techo denominado “óculo”, abierto en 1789 con el propósito de hacer más fácil el transporte de materiales y combustible hasta la linterna.

En el vestíbulo podemos ver cuatro diminutas habitaciones de unos 5 m2 que constituyeron las habitaciones de los torreros durante casi dos siglos. Actualmente estos torreros duermen en otras habitaciones ubicadas en la base del faro en la zona conocida como corona.



Veremos dos fuentes, una a cada lado de la sala, construidas en el siglo XVII, que tenían la función distribuir el agua de la lluvia recogida en el faro y que se utilizaba por los torreros para limpieza personal y de utensilios.










Desde esta sala hasta la linterna existen 301 escalones. Después de ascender 30 primeros accedemos a la sala conocida como los aposentos del rey.

Se llama así por ser una sala dedicada al rey francés, hacía la función de sala de ceremonias. Está decorada con columnas jónicas y el suelo es de mármol blanco y negro.

Según informa la cartilla de visita del faro, los aposentos del rey jamás han recibido visita alguna de un rey.


A mediados del siglo XVII los torreros comenzaron a utilizar esta sala para cocinar aprovechando que disponía de chimenea. Actualmente podemos ver dos chimeneas, aunque una de ellas es falsa incorporada en el siglo XVIII en el momento de las obras de aumento de altura de la torre, buscando una simetría más estética de la sala.

En lo alto veremos los monogramas MTL, referidos a Luis XIV y a su esposa María Teresa de Austria y ML a Luis XV y su esposa María Lesczynska.

Los bustos de color negro que hay en las esquinas hacen homenaje a Léonce Reynaud, Léon Bourdelles, Charles-François Beautemps-Beaupré y Agustin Fresnel.

Subimos 35 escalones para acceder a la Capilla Notre-Dame de Cordouan, en el segundo piso. 


Es el único faro del mundo que contiene una capilla en su interior. Fue construida por deseo del rey Enrique IV que deseaba mostrar como sincera su conversión al catolicismo.


El busto de Louis de Foix se halla sobre la puerta y con una placa con un poema dedicado a su persona.


El alto techo tiene forma de cúpula. Mascarones y guirnaldas de extrañas cabezas rodean los escudos de los reyes Enrique III y Enrique IV, que fueron conservados pese a los temores que existieron en época de la Revolución Francesa. La capilla también tenía los bustos de Luis XIV y Luis XV, que sí fueron retirados en esa época para evitar consecuencias vandálicas sobre el propio faro.

El piso es de mármol gris y negro, el altar es de mármol blanco, las columnas corintias. Son muy significativas dos conchas marinas que hacen las veces de pilas de agua bendita.

Las vidrieras fueron creadas por el artesano Lobin en 1855, y serían restauradas en 1946, año en que se añadió una paloma en una de ellas con la mención “abril 1945” en conmemoración de la liberación de la ciudad de Royan de la ocupación alemana.

Desde esta singular capilla subimos 68 escalones para llegar a la sala de los Girondinos en la tercera planta.



Esta sala existe a partir de la ampliación de veinte metros de la altura del faro hecha por Joseph Teulére en 1789.

Posee un extraordinario estilo elegante. La escalera se apoya sobre una bóveda que se enrolla en forma de cono y con un remate en el techo en forma de corazón.

Las piedras de esta sala son diferentes entre sí, cada una fue diseñada previamente a su corte y de forma que encajara a la perfección. Este arte de corte y ensamble es conocido como estereotomía.

Su nombre fue puesto por el propio Joseph Teulére durante la Revolución Francesa, ya que Cordouan podía ser interpretado como símbolo de la monarquía. Fue en ese momento cuando se retiraron los bustos de Luis XIV y Luis XV de la capilla y a esta sala se la bautizó con el nombre de Asamblea de los Girondinos.

Subimos otros 58 escalones más para llegar a la sala del contrapeso, en lo que viene a ser el cuarto piso del faro.

Esta sala tuvo hasta la reciente fecha de 1987 un contrapeso que se utilizaba para marcar la luz de la linterna. Hacía girar los postigos alrededor de la luz, permitiendo la alternancia de la claridad y la oscuridad, técnica procedente de la relojería. El peso finalizaba su trayectoria en un balde de arena colocado en este piso y los torreros debían subirlo por las noches cada tres horas.

Subiendo otros 49 escalones llegamos al quinto piso, donde se encuentra la sala de las lámparas. Inicialmente esta sala era utilizada como almacén del material de iluminación.

En ella hay un mueble de madera en el que podemos ver varias bombillas utilizadas en este faro.

Subimos 42 escalones más para llegar el sexto piso, en el que podemos ver la sala de vigía, una peculiar habitación de madera en cuyo centro hay una mesa y una silla. Los torreros escribían aquí sus informes sobre las horas de encendido y de apagado, los consumos y los incidentes que pudieran haberse producido. La utilizaban por relevos y detrás de las paredes de madera existían unos sencillos catres para descansar. Un ingenioso sistema de espejos les permitía controlar el funcionamiento de la linterna desde sus catres.

Después de subir los últimos 19 escalones llegamos a terraza donde se ubica la linterna, que veremos sobre nuestras cabezas. Esta sigue utilizando el sistema inventado por Fresnel e instalado en Cordouan en 1823, con un alcance de 40 km, un invento revolucionario en su época que se sigue utilizando actualmente.


La linterna está compuesta de tres áreas de colores. El sector verde señala el paso principal empleado por las embarcaciones de gran tonelaje y el sector rojo muestra el paso que deben seguir las naves de menor calado. El blanco es el color de Cordouan. El número de oscurecimientos es de 3 cada 12 segundos


Fuentes:

https://www.phare-de-cordouan.fr/es/pagina-principal/



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